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(Vídeo) José Vicente Rangel en su programa dominical 16-06-2013

2013-06-18 130 Dailymotion

En muchas ocasiones los gobernantes suelen proceder irresponsablemente o al menos sin medir las consecuencias de lo dicen o hacen. Eso acaba de ocurrir con el presidente colombiano Juan Manuel Santos, sin duda un hombre inteligente, astuto, que venía manteniendo una posición equilibrada en la región y facilitando la solución de conflictos. <br /><br />En este caso concreto, en el esfuerzo que hace por alcanzar la paz en su país, hay que reconocerle coraje y voluntad de pasar a la historia como un factor positivo dispuesto a resolver el más dilatado y grave conflicto armado de la región. Independientemente del logro definitivo de este intento su disposición a dialogar es encomiable. <br /><br />Pero al lado de esta actitud está lo que sucedió con la entrevista que le concedió al excandidato presidencial Henrique Capriles. No es que desde el exterior se pretenda imponer la agenda a Santos o a cualquier otro jefe de estado. El argumento es superficial y constituye una manera de eludir el tema. Pero lo cierto es que un presidente tiene que evaluar con seriedad los pasos que da, una simple declaración o conceder una audiencia a alguien, tiene un significado y puede generar reacciones críticas y desavenencias innecesarias. <br /><br />Dudo que a alguien tan hábil como santos se le iba a pasar por alto la reacción que desataría la reunión con Capriles en el gobierno venezolano, y pienso que igual hubiera ocurrido con cualquier otro gobierno si se plantean las mismas circunstancia. Pero esto, desde luego, es prejuzgar y no es mi intención hacerlo en esta oportunidad. Pero hubo otra actuación del presidente colombiano, igualmente polémica y en mi concepto desafortunada: cuando anuncio que Colombia solicitaría su incorporación a la OTAN, un organismo creado para diseñar y ejecutar las políticas de las grandes potencias, incluso las de signo nuclear e intervenciones armadas con determinada orientación política en conflictos locales, con las cuales siempre se inclina de un determinado lado: el de los intereses de quienes forman parte del organismo multilateral de defensa y sobre todo de ataque como es la otan. <br /><br />El revuelo que causó esta declaración de Santos en la región fue unánime y, en particular, en un vecino, de verdad cercano, como Venezuela, que por razones obvias reaccionó. Seguramente esa actitud generalizada y contundente fue lo que determinó que el gobierno de Santos recogiera velas o, cuando menos, que a través de su Ministro de Defensa aclarara que no se trataba de un pedimento de incorporación a la OTAN sino solo de una alianza de cooperación. De todas maneras lo dicho por el vocero colombiano no es suficiente para disipar la inquietud que genera la perspectiva de que Colombia ingrese a la OTAN, ya que una alianza de cooperación (entre comillas) supone compromisos concretos, si no ¿qué sentido tiene?

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