La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha asegurado que el fin último de la reforma fiscal es construir un sistema tributario que ayude al crecimiento, al desarrollo económico y que priorice los estímulos al crecimiento, la creación de empleo y la internacionalización de las empresas, así como el respeto a la unidad de mercado y a la neutralidad fiscal.
