Obreros dan los toques finales a la pala de un aerogenerador en la fábrica de Gamesa en Aoiz, Navarra. No son las ventas en España las que hacen girar estas aspas, sino otros lugares como Finlandia. Para las energías verdes, España ha pasado en unos años de estar en un verdadero paraíso, con generosas ayudas públicas, a una situación mucho menos agradable.
