Tepco, el operador de la central devastada por el terremoto y tsunami que sacudieron Japón en 2011 ha empezado la etapa más delicada desde el inicio de la crisis. <br /><br /> El mayor desafío es evitar que las barras de dióxido de uranio se enganchen con restos de escombros, lo que provocaría la emisión de altas dosis de radiación.<br /><br /> La crucial fase consiste en retirar el combustible gastado con la ayuda de dos sofisticadas grúas construidas para la operación y en depositarlo en barricas de almacenaje seco para transportarlo a otro depósito más seguro. La operación debe realizarse bajo el agua.<br /><br /> En total serán trasladadas 1.533 barras de uranio en una operación que debería concluir dentro un año. Tepco procederá después a desmantelar las piscinas de combustible gastado de los otros tres reactores de Fukushima. <br /><br /> Se espera que el proceso de desmantelamiento de la central dure de 30 a 40 años.