El británico, que murió a los 84 años, supo aprovechar su fama para, entre otras cosas, publicar sus memorias.<br /><br />En ellas narraba cómo en agosto de 1963, una banda de ladrones asaltaba el convoy de correos que cubría la ruta Glasgow-Londres, llevándose un botín equivalente a 47 millones de euros actuales. Los ladrones manipularon las señales de ferrocarril para forzar la parada del tren.<br /><br />Condenado a 30 años de prisión, Biggs logró escapar de la cárcel y, con ayuda de la cirugía estética y papeles falsos, emprendió una huida que le llevó por diferentes países. Su hijo trató de pedir, en vano, el perdón de la Reina de Inglaterra.<br /><br />En 2001, regresó al Reino Unido procedente de Brasil, donde vivió buena parte de su vida. Envejecido y enfermo, fue encarcelado hasta 2009, cuando fue liberado por razones humanitarias.<br /><br />Nunca se arrepintió de haber formado parte del rocambolesco robo. Tal vez porque consideraba que “Nadie es inocente”, tema que cantó con la banda británica de punk rock Sex Pistols.
