En pleno centro de la capital danesa, el Tívoli de Copenhague es uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo y uno de los más visitados. <br /><br />Con inmensos jardines y una arquitectura original y de época, el Tívolo se construyó durante la monarquía absoluta del rey Christián VIII. <br /><br />Un lugar cargado de historia, que en Navidad se transforma en un auténtica maravilla.<br /><br />“La gente viene principalmente por las luces y la decoración. Hay muchos edificios antiguos, una arquitectura muy bonita y espectacular. La gente viene por eso”, asegura Ellen Dahl, la responsable de comunicación de este parque de atracciones.<br /><br />El Tívoli recibe unos 4 millones de visitantes la mayoría son daneses y suecos. <br /><br />Montañas rusas, conciertos y juegos pirotécnicos animan las veladas.<br /><br />Fundado en 1843, este parque ha conservado el perfume de lo antiguo. Y por ejemplo, esta montaña rusa de madera de 1914, todavía hoy en día se maneja a mano. Nikolaj Jakobson es el maquinista y nos cuenta cómo funciona:<br /><br />“Es más seguro y cada trayecto es único. Uno se adapta en función de si hay más adultos o más niños, hay que frenar de manera diferente en cada vuelta. Si llueve, está más resbaladizo, y si hace frío le ponemos menos velocidad. Cada viaje es único.”<br /><br />Exotismo y magia, unido al ensueño… El parque presenta también, cómo no, la mitología nórdica y los cuentos de Andersen <br /><br />En Navidad, los Jardines del Tívoli recrean una coreografía de luces y sonidos en la gran fuente iluminada al rítmo del Ballet Cascanueces de Tchaikovsky.
