Ni los esfuerzos de los antidisturbios, ni las promesas del presidente Yanukovich han calmado los ánimos de muchos habitantes de la capital ucraniana.<br /><br />Organizados, se encargan de hacer más grande la barricada que arde desde el pasado jueves. Y durante toda la noche del viernes han mantenido viva la llama de la protesta, a pocos centenares de metros del principal edificio del Gobierno.<br /><br />El presidente del país, Víctor Yanukóvich, se reunía ayer con líderes religiosos de distintas ramas para lanzar, básicamente dos mensajes. El primero, que no consentirá las protestas fuera de la ley.
