El Gobierno ucraniano ha dado un últimatum de 48 horas para acabar con la crisis en el este del país. <br /><br />En Lugansk, los separatistas prorrusos han reforzado las barricadas y preparado cócteles molotov para hacer frente a una eventual intervención de las fuerzas especiales.<br /><br />Los secesionistas ocupan desde el domingo la sede del Servicio de Seguridad de esta ciudad oriental. Más de medio centenar de personas han salido de ella ets miércoles.<br /><br />“Esta es nuestra última oportunidad. Hemos perdido Járkov, Donetsk se está perdiendo, Mykolaiv se ha perdido hace mucho tiempo, y Odessa casi ha caido. Eso es todo, somos la última esperanza de toda Ucrania”, dice Vitaly, un activista prorruso.<br /><br />Tanto en Lugansk como en Járkov y Donetsk se ha decretado el régimen de operación antiterrorista, lo que permite actuar en cualquier momento a las fuerzas especiales. <br /><br />En Donetsk, el edificio del Gobierno regional permanece en manos de los prorrusos. Los activistas reclaman un referéndum para su anexión a Rusia.<br /><br />En las calles de esta ciudad, diversidad de opiniones:<br />-“Esperamos tener libertad, queremos que la república de Donetsk se una a todo el que quiera juntarse a nosotros”, dice una mujer.<br />-“Queremos que Donetsk siga siendo una ciudad de Ucrania”, señala otra.<br /><br />El Gobierno ucraniano acusa a Rusia de estar detrás del movimiento secesionista de las provincias rusófonas; algo que desmiente Moscú. Rusia considera además que las tropas desplegadas cerca de la frontera ucraniana no suponen ninguna amenaza.
