La guerra hizo estragos y dejó más de 100.000 artefactos que las inundaciones podrían haber arrastrado. Tienen gran poder explosivo, pesan apenas dos o tres kilos e incluso su apariencia es inofensiva.<br /><br />Los campos de las zonas rurales del país, densamente pobladas, son ahora un peligro<br />porque las minas han llegado hasta algunas casas.<br /><br />“Ayer tuvimos noticia de que un hombre había lanzado al río Bosna dos minas que las inundaciones habían dejado en su jardín. Y esto es lo peor que uno puede hacer”, explica el responsable del centro de desactivación de minas de Visoko, Fikret Smais.<br /><br />La localización y desactivación de las minas es ahora una prioridad en muchos municipios, como en Visoko, que fue un centro de operaciones para la ofensiva contra el sitio de Sarajevo.<br /><br />“Mucha gente depende de la agricultura y ahora, las inundaciones han arrasado los campos y han destruido las cosechas. Para el ayuntamiento de Visoko limpiar estos campos será un problema enorme”, dice la alcaldesa, Amra Babic.<br /><br />Los artificieros se emplean a fondo pero estas operaciones son de envergadura. Desactivar una mina cuesta 720 euros por unidad. <br /><br />En la última década, 1.800 personas han muerto en Bosnia-Herzegovina por accidentes relacionados con las minas antipersona.