Los llaman crímenes de honor, pero no son más que brutales asesinatos perpetrados por la propia familia. Farzana Parven, una mujer paquistaní de 25 años, falleció el martes a las puertas del juzgado de Lahore tras recibir varios ladrillazos por parte de su padre y hermanos, que no le perdonaban que se hubiera casado por amor. Estos denunciaron que había sido raptada para invalidar el matrimonio y no soportaron que ella se dirigiera a los juzgados para desmentir las acusaciones.<br /><br />Horrorizada por lo ocurrido, la comisionada de la ONU para los Refugiados, Navi Pillay, ha pedido al Gobierno paquistaní que haga mucho más evitar este tipo de crímenes y ha recordado que cientos de mujeres mueren todos los años en Pakistán en similares circunstancias. El padre de la joven, que estaba embarazada de cinco meses, ha sido encarcelado.