Dios, el mundo concluído, <br />tiróle un beso al azar; <br />el beso cayo en el mar, <br />y es la tierra en que has nacido. <br />En ella formas tu nido, <br />de amor rendido al amaño; <br />ella un año y otro año <br />te brinda con su tesoro; <br />ella vale más que el oro. <br />¡No des tu tierra al extraño! <br /> <br />Mira sus campos. Arriba <br />es ornato de la loma <br />la breve y fragante poma <br />del café, púrpura viva. <br />Fruto que la mente aviva <br />y es del criollo sostén <br />al par que orgullo. Si hay quien, <br />extraño, quiera tu suelo, <br />que no se colme su anhelo <br />por más que te pague bien. <br /> <br />De sus llanos la grandeza <br />admira la gente extraña. <br />En ellos canta la caña <br />la canción de la riqueza. <br />Como una enorme turquesa <br />allá el tabacal se extiende. <br />¡La imaginación se enciende <br />ante ese cuadro admirable! <br />¡Qué bajo y qué miserable <br />el que su terruño vende! <br /> <br />En la playa el cocotero, <br />con su penacho elegante, <br />es asombro al navegante <br />y tentación al logrero. <br />No des por ningún dinero <br />tu pedazo de vergel, <br />que eres tú patriota fiel <br />y de legítimo cuño, <br />y el que vende su terruño <br />vende la patria con él.<br /><br />Virgilio Davila<br /><br />http://www.poemhunter.com/poem/no-des-tu-tierra-al-extra-o/
