Calles repletas de escombros y edificios completamente devastados. Dos días después China continúa intentando reponerse del terremoto de 6,5 que azotó este pasado domingo el suroeste del país.<br /><br />Un seísmo que provocó más de 400 muertos y 2000 heridos. Cifras que podrían seguir aumentando ya que este martes los servicios de emergencia todavía continúan trabajando a contrarreloj para intentar localizar a las personas que están en paradero desconocido.<br /><br />Las autoridades aseguran que el elevado número de muertos se debe a la fragilidad de las construcciones, la poca profundidad del epicentro y la eleva densidad de población existente en el condado de Ludian, mientras que los residentes critican la falta de inversión en esta región, una de las más pobres de China.<br /><br />Las labores de rescate y de desescombro se están topando, además, con varios problemas. Por un lado las réplicas. Hasta 467 nuevos temblores se han registrado durante las últimas 48 horas. A lo que hay que sumar las lluvias y los corrimientos de tierra.<br /><br />Y mientras se producen escenas como la de un padre que recibe en los brazos el cuerpo inerte de su bebé al que los servicios de emergencia no han podido salvar.<br /><br />Los equipos de rescate han asegurado que no tienen los medios necesarios para atender a las víctimas en los improvisados hospitales de campaña. Ante ello el primer ministro chino se ha comprometido a evacuar en las próximas horas a los enfermos más graves y ha prometido medidas ante posibles epidemias.
