En represalia por el atentado contra la mequita de Diyala en la que murieron 73 personas este viernes a manos de las milicias suníes, varios atentados han golpeado diferentes puntos del país dejando decenas de muertos. <br /><br />En Bagdad, un coche bomba ha explotado cerca de la sede de un cuerpo de la Inteligencia militar dependiente del Ministerio del interior iraquí. La explosión ha causado al menos 13 muertos y decenas de heridos. También en la capital dos ataques suicidas han acabado con la vida de 17 personas. En Erbil y Kirkuk, en el Kurdistán iraquí, se han producido varias explosiones. <br /><br />El líder chií Qais Al-Khazali ha condenado el ataque, que ha calificado de “crimen” ante el cual no podemos cerrar los ojos. “Es un asesinato bárbaro, no podemos aceptarlo”, ha dicho el líder religioso. <br /><br />La violencia sectaria entre chiíes y suníes va en aumento desde la ofensiva del Estado Islámico (EI), aunque la tension entre ambas corrientes surgió tras invasión estadounidense en 2003.<br /><br />Algunos iraquíes, como Bassim Al-Hassani ven la mano extranjera detrás de la insurgencia suní y aseguran que “son personas malvadas las que intentan destruir la sociedad iraquí y sembrar la discordia y destrucción”. “Le aseguro que aquellos que juegan con la sociedad así no son iraquíes”, argumenta el bagdadí. <br /><br />Los atentados sectarios amenazan con romper el proceso político en Irak, donde el primer ministro designado, Haider al<br />Abadi, intenta formar gobierno y aunar a su proyecto a suníes y kurdos para luchar contra los yihadistas el Estado Islámico.
