Miles de personas, familias enteras, siguen huyendo de Siria por la amenaza yihadista. La llegada masiva y continuada de refugiados empieza a preocupar a los vecinos de las pequeñas localidades turcas que les ven llegar. Es el caso de Suruç, en la provincia de Urfa.<br /><br /> “Es bueno tener este campamento porque en las calles estarían en unas condiciones terribles y también nos puede afectar a nosotros. Puedo perder mi trabajo por la llegada de refugiados porque son mano de obra barata. Así que tener este campamento y darles refugio y alimento es bueno para todos”, señala este vecino de Suruç. <br /><br /> En esta localidad de 70.000 habitantes, la agencia de emergencia turca planea establecer un campamento con cabida para 5.000 personas. El resto de refugiados serán trasladados a otros centros de acogida. <br /><br /> “Estamos intentado que las cosas vayan mejor con el apoyo de la gente y de ustedes. Estamos poniendo todo nuestro empeño en ayudarles”, asegura el alcalde de Urfa Celalettin Güvenç. <br /><br /> Se calcula que el éxodo provocado por el miedo a los yihadistas ha llevado a unas 200.000 personas a cruzar la frontera con Turquía. <br /><br /> “Se han levantado muchos campamentos como este en el que me encuentro ahora para recibir a los refugiados que huyen de Siria por miedo a las masacres de autodenominado Estado Islámico. Llega gente constantemente. Dan los primeros pasos de una vida nueva de la que no saben nada, ni siquiera cuánto va a durar”, concluye nuestro enviado especial, Bora Bayraktar.