Tus otoños me arrullan <br />en coro de quimeras obstinadas; <br />vas en mí cual la venda va en la herida; <br />en bienestar de placidez me embriagas; <br />la luna lugareña va en tus ojos <br />¡oh blanda que eres entre todas blanda! <br />y no sé todavía <br />qué esperarán de ti mis esperanzas. <br /> <br />Si vas dentro de mí, como una inerme <br />doncella por la zona devastada <br />en que ruge el pecado, y si las fieras <br />atónitas se echan cuando pasas; <br />si has sido menos que una melodía <br />suspirante, que flota sobre el ánima, <br />y más que una pía salutación; <br />si de tu pecho asciende una fragancia <br />de limón, cabalmente refrescante <br />e inicialmente ácida; <br />si mi voto es que vivas dentro de una <br />virginidad perenne aromática, <br />vuélvese un hondo enigma <br />lo que de ti persigue mi esperanza. <br /> <br />¿Qué me está reservado <br />de tu persona etérea? ¿Qué es la arcana <br />promesa de tus ser? Quizá el suspiro <br />de tu propio existir; quizá la vaga <br />anunciación penosa de tu rostro; <br />la cadencia balsámica <br />que eres tú misma, incienso y voz de armonio <br />en la tarde llovida y encalmada… <br /> <br />De toda ti me viene <br />la melodiosa dádiva <br />que me brindó la escuela <br />parroquial, en una hora ya lejana, <br />en que unas voces núbiles <br />y lentas ensayaban, <br />en un solfeo cristalino y simple, <br />una lección de Eslava. <br /> <br />Y de ti y de la escuela <br />pido el cristal, pido las notas llanas, <br />para invocarte ¡oscura <br />y rabiosa esperanza! <br />con una a colmada de presentes, <br />con una a impregnada <br />del licor de un banquete espiritual: <br />cara mansa, ala diáfana, alma blanda, <br />fragancia casta y ácida!<br /><br />Ramon Lopez Velarde<br /><br />http://www.poemhunter.com/poem/que-sera-lo-que-espero/