Tu paz -¡oh paz de cada día- <br />Y mi dolor que es inmortal, <br />Se han de casar, Amada mía, <br />En una noche cuaresmal. <br /> <br />Quizá en un Viernes de Dolores <br />Cuando se anuncian ya las flores <br />Y en el altar que huele a lirios <br />El casto pecho de María <br />Sufre por los siete martirios; <br />Mientras la luna, Amada mía, <br />Deja caer sus tenues franjas <br />De luz de ensueño sideral <br />Sobre las místicas naranjas <br />Que, por el arte virginal <br />De las doncellas de la aldea, <br />Lucen banderas de papel <br />E irisaciones de oropel <br />Sobre la piel que amarillea <br /> <br />Fuensanta: al amor aventurero <br />De cálidas mujeres, azafatas <br />Súbitas de la carne, te prefiero <br />Por la frescura de tus manos gratas. <br /> <br />Yo te convido, dulce Amada <br />A que te cases con mi pena <br />Entre los vasos de cebada <br />La última noche de novena. <br /> <br />Te ha de cubrir la luna llena <br />Con luz de túnica nupcial <br />Y nos dará la Dolorosa <br />La bendición sacramental. <br /> <br />Y así podré llamarte esposa, <br />Y haremos juntos la dichosa <br />Ruta evangélica del bien <br />Hasta la eterna gloria. <br />Amén.<br /><br />Ramon Lopez Velarde<br /><br />http://www.poemhunter.com/poem/cuaresmal/