Es el móvil Oceano <br />gran espejo <br />donde luce como adorno sin igual <br />el terruño borincano <br />que es reflejo <br />del perdido paraíso terrenal. <br /> <br />Son de fáciles pendientes <br />sus colinas, <br />y en sus valles de riquísimo verdor <br />van cantando bellas fuentes <br />cristalinas, <br />como flautas que bendicen al Creador. <br /> <br />Primavera sus mejores <br />atributos <br />nuestra siempre generosa en Borinquen. <br />En los campos siempre hay flores, <br />siempre hay frutos: <br />¡Es Borinquen la mansión de todo bien! <br /> <br />Así nace el puro ambiente <br />que respiro, <br />y se asienta la morada en que nací, <br />y ese sol resplandeciente <br />que yo admiro, <br />aquí nace, aquí brilla, y muere aquí. <br /> <br />De mis padres fue la cuna <br />y ella encierra <br />las más sanas afecciones de mi ser. <br />¡Yo no cambio por ninguna <br />esta tierra <br />donde tuve el privilegio de nacer! <br /> <br />Es el móvil Oceano <br />gran espejo <br />donde luce como adorno sin igual <br />el terruño borincano <br />que es reflejo <br />del perdido paraíso terrenal.<br /><br />Virgilio Davila<br /><br />http://www.poemhunter.com/poem/la-tierruca/
