Moldavia diversifica sus exportaciones, tras el embargo ruso, y se apoya en el transporte fluvial a través del Danubio. Desde el puerto de Giurgiulesti, en la frontera con Rumanía y en ruta hacia el mar Negro, parten cada vez más barcos con productos que antes iban en camión hacia Moscú. Ahora, su destino es la Unión Europea, el Norte de África y continentes más lejanos.<br /><br /> “Por primera vez, con este embargo, el año pasado exportamos manzanas a otros países”, explica Thomas Moser, responsable de Danube Logistics. “Es lo mismo que el vino. Se exporta fuertemente en contenedores para mercados en crecimiento como Estados Unidos y China. Estamos contentos de apoyar la economía moldava en estos tiempos difíciles”.<br /><br /> Hasta junio del año pasado, cuando Moscú aplicó el embargo como medida de presión para impedir el acercamiento de Moldavia a la Unión Europea, el 93 por ciento de las manzanas que salían del país iban a Rusia. Y también el 80 por ciento de las ciruelas. Actualmente, llegan hasta