Las fuerzas iraquíes han sido dispersadas y resisten en pequeños grupos desde que, esta madrugada, los yihadistas asaltaran el principal complejo gubernamental. <br /><br /> Ramadi fue el bastión de la insurgencia contra la invasión estadounidense y es, ahora, según un policía iraquí, el lugar clave para expulsar a los yihadistas de la provincia de al Anbar. “Lucharemos hasta que lo consigamos”, dice Majeed Mohamed Ali. <br /><br /> <br /><br /> Si el grupo Estado Islámico se impusiera totalmente, se haría con las dos capitales de las principales provincias del país ya que controla Mosul, capital de Nínive desde junio del año pasado.<br /><br /> También, sería un duro revés para el primer ministro, seis semanas después de que el Ejército con la ayuda de milicias chíies recuperara la ciudad de Tikrit.<br /><br /> Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, unas 90.000 personas han huido de Ramadi desde el mes de abril.