Las protestas contra el presidente Pierre Nkurunziza han vuelto a las calles de la capital y de otras ciudades del país, después del asesinato de un líder opositor. La muerte de Zedi Feruzi, el sábado, ha supuesto igualmente el fin de las conversaciones informales de paz.<br /><br /> “No podemos tener miedo a la muerte. El presidente quiere gobernarnos mientras nos mata. Si no queda nadie ¿a quién va a dirigir? ¿a los insectos o a los árboles? Tenemos que luchar por nuestra dignidad y por el acuerdo de Arusha, hasta el final”, dice un manifestante.<br /><br /> Las protestas estallaron hace un mes, tras la decisión del jefe de Estado burundés de aspirar a un tercer mandato, a pesar de que la Constitución permite sólo dos periodos de cinco años.<br /><br /> En las últimas cuatro semanas, al menos veinte personas han perdido la vida por la represión policial; la última este lunes. El domingo, se celebró el funeral del líder político asesinado un día antes. La violencia e inestabilidad han provocado la huida de Burundi
