Surprise Me!

'El inca y el conquistador', arte y objetos que exploran las figuras de Atahualpa y Pizarro

2015-06-23 8 Dailymotion

París, 23 jun (EFE). (Imagen: Javier Albisu). - Como la historia suele contarse desde el punto de vista de los vencedores, el Museo del Quai Branly de París ha decidido revisitar la conquista de Perú a través del diálogo artístico e histórico de dos figuras emblemáticas: el conquistador extremeño Francisco Pizarro y el soberano inca Atahualpa. <br /><br />"El aforismo es particularmente justo en el caso de la conquista de Perú. La 'verdadera' historia de la Conquista no existe y se reconstruye en cada tentativa de relectura", explica Paz Núñez-Reguéiro, comisaria de la exposición "El inca y el conquistador". <br /><br />La muestra, que puede visitarse hasta el próximo 20 de septiembre, entrelaza las biografías del inca y el conquistador a través de 120 obras precolombinas e hispánicas como libros castellanos de la época, orfebrería, tapices, cerámicas y armas de época. <br /><br />La fecha clave del encuentro entre españoles e incas fue el 16 de noviembre de 1532, el día en el que Pizarro y Atahualpa se reunieron en Cajamarca, cuyo nombre en quechua significa "pueblo de espinas". <br /><br />Hasta la gran ciudad de la sierra norte del Perú había llegado Pizarro a trompicones. Extremeño de origen humilde que había ascendido en los rangos castrenses de la España de Carlos V, embarcó en Sevilla rumbo a América en 1502, y se unió a expediciones de otros conquistadores extremeños como Alonso de Ojeda o Vasco Núñez de Balboa. <br /><br />Se lanzó a la conquista definitiva de Perú en enero de 1531. Partiendo a pie desde el norte del país, los españoles iban ganando metros mientras despachaban a embajadores incas que les agasajaban con fruta, llamas, telas oro, plata, mujeres y sirvientes y a quienes los conquistadores consideraban espías, resumen los organizadores de la muestra. <br /><br />Atahualpa, por su parte, había logrado imponerse como soberano en una cruenta guerra civil inca ante la falta de heredero para el imperio, y ejercía de regidor y de figura religiosa central. <br /><br />Finalmente, el conquistador citó a Atahualpa en Cajamarca, una importante ciudad inca a 2.700 metros de altitud. Siguiendo el ejemplo de Hernán Cortés en México, Pizarro esperaba tenderle una emboscada para capturarle, pero este llegó acompañado por miles de hombres y con intención de dialogar. <br /><br />Fue el cura dominico Vicente de Valverde quien fue al encuentro de Atahualpa para pedirle que se sometiera al rey de España y a la fe cristiana, según la versión española que recupera el Museo del Quai Branly. <br /><br />Exasperado, el soberano inca lanzó al suelo la Biblia que llevaba el monje, mientras que la versión inca sostiene que fueron los españoles los que ofendieron a los indígenas al rechazar la bebida que se les ofreció. <br /><br />El caso es que la ofensa suponía un "motivo legítimo" para que Pizarro lanzara su ataque, capturase a Atahualpa y obligara a los indígenas a batirse en retirada. Todo ello con solo 168 hombres a su mando. <br /><br />"La trampa de Cajamarca suele presentarse como el mejor ejemplo de la increíble audacia de los

Buy Now on CodeCanyon