JORNADA DE PESCA <br /> <br />Suelo levantarme a las cuatro de la mañana, <br />tomar mis aperos y embarcarme <br />cuando el alba se asoma sobre las crestas del mar. <br />Parto solo por ser hombre de poca compañía. <br /> <br />Me adentro en el espejo infinito <br />mientras crece el tamaño de mi panga. <br />A medida que me alejo de la costa <br />mi barca se hace más grande. <br /> <br />Mi barco ya es un buque que se bambolea <br />sobre las olas que pegan contra el casco. <br />Bajo cubierta se nutren y estremecen <br />las máquinas procesadoras <br />que comparten su escenario de locura. <br /> <br />Mi buque tiene 95 metros de eslora <br />y su manga lo exigido <br />por los más avezados constructores. <br /> <br />Émulos de Alemania unificada, <br />Estados Unidos y la antigua Unión Soviética, <br />que vienen de Groenlandia y Labrador, <br />procesan, según su cuaderno de bitácora, <br />casi tanto como nosotros: <br />¡180 toneladas por día! <br /> <br />Después de la selección inicial <br />la pesca accesoria debe limpiarse a mano. <br />Algunos cantan; otros gritan y bromean <br />o cambian gestos obscenos con sus compañeros. <br /> <br />A las 7 y 35 suena el sistema de altavoces: <br />¡A izar, a izar! ¡Halen a cubierta! <br />Dicen los muchachos que ciertos peces, muriendo, <br />parten con sus dientes los mangos de los remos. <br /> <br />Redes con alas y cabos estabilizadores <br />se columpian entre garfios y cables <br />más largos que la embarcación. <br />Si el contramaestre desempeña su oficio sin destreza <br />produce atascamientos y pérdidas humanas. <br />Cuando desciende el barómetro <br />fuerzas amenazadoras, hasta de 40 nudos, <br />avanzan hacia nosotros. Suena la sirena. <br /> <br />La aguja del manómetro vacila y cae a cero. <br />Las ráfagas aumentan y debe suspenderse la faena. <br />Tras montañas de agua, en desafío permanente, <br />vemos otro pesquero igualmente en apuros. <br />Destapo la botella y doy un trago a mis hombres. <br /> <br />Son las dos de la tarde en el océano; <br />cielo despejado, mar en calma. <br />Todos contentos, hay mucho barco a la vista: <br />Británicos, polacos, portugueses, españoles. <br />Es abrumadora la presencia rusa; <br />también la japonesa. <br /> <br />Con los prismáticos capturo tanta información <br />que cualquier capitán la envidiaría. <br />En los barcos franceses todo es bello. <br /> <br />Me dispongo a regresar, quiero volver a casa; <br />mi buque se reduce, la temperatura es cálida. <br />A las cuatro menos cinco afianzo rumbo a la costa; <br />mi barco sigue achicándose, se divisan las colinas. <br />Ya es una lancha perdida en el recuerdo. <br /> <br />La tierra está muy cerca; <br />los perros corretean jugando con el agua. <br />Un pequeño atún reseco por el sol es todo mi botín. <br /> <br />Allá, en el horizonte, un buque fábrica se aleja <br />como fantasma en busca de la noche.
