Los líderes europeos son presa del pánico y no saben cómo detener el flujo de refugiados antes de la primavera boreal. <br /> <br />Ahora están dispuestos a desechar hasta los derechos humanos. Tanto es así, que han convenido con Turquía un pacto para que este país reciba de vuelta y acoja en sus campamentos a los sirios y ciudadanos de otros países que huyen de la guerra. <br /> <br />El conflicto continúa, a pesar del alto el fuego establecido entre Rusia y EE.UU., y de los diálogos que se preparan en Ginebra (Suiza); mientras el dinero y el libre visado para los turcos que quieran viajar a la Unión Europea (UE) deslumbra al Gobierno de Ankara, que utiliza esta prebenda como garantía política para su permanencia en el poder. <br /> <br />Entre los intereses políticos, los refugiados, la vida de cientos de miles de personas sigue en segundo plano. ¿Será el acuerdo entre Bruselas y Ankara la solución definitiva?
