A LA MUERTE DE DIK BROWNE <br /> <br />Nosotros, mi querido Olafo, <br />nietos del Sol y de un pasado inmenso, <br />unidos por la magia del humor, <br />la inocencia y la ternura, <br />lloramos ahora que tu padre partió <br />cuando menos esperábamos su viaje <br />al reino de la sombra... o de la luz. <br /> <br />Que sus hijos de sangre continúen <br />con idéntica bondad <br />tus constantes y graciosos desafueros. <br />Que sigan esparciendo como él <br />sobre mis falsos o dudosos versos <br />el mismo delicado polvillo de alegría. <br /> <br />Jamás olvidaremos sus presentes <br />ofrecidos a través de tus conquistas. <br /> <br />Y quiera Odín que Fuso, <br />más inspirado que todos los escaldos, <br />poetice su partida y nuestra orfandad sin límites. <br />Que Cuak con sus graznidos <br />desordene la paz de los contornos <br />mientras tú y yo, querido hermano, <br />denegamos la tregua a los que intenten <br />arrojar su testamento <br />al cauce sin memoria del tenebroso río.