EL DIOS BURLADO <br /> <br />Ni siquiera Odín fue inmune <br />a la astucia femenil de Frigga, <br />cuando ésta, logrando sus propósitos <br />por encima de cualquier dificultad, <br />de nuevo exigió al Supremo Tuerto <br />cumplir lo prometido cabalmente. <br />Ocurrió cuando vándalos y winilers <br />se trabaron en contienda decisiva. <br /> <br />Una trampa de la reina madre, <br />basada en las palabras de Wotán, <br />surtió pronto los efectos deseados, <br />cuando éste interrogó, muy aturdido <br />al ver tan armadas brutalmente <br />muchas mujeres frente a su ventana: <br />¿Dime quiénes son esos barbudos? <br /> <br />La taimada esposa y soberana <br />sumió al dios en un profundo sueño, <br />mientras hacía colocar la cama <br />en tal forma, que quitaba el grueso <br />del ejército de vándalos al frente <br />y otorgaba la victoria a los winilers. <br /> <br />Nadie pues, en sano juicio <br />y visto lo anterior, debe confiar <br />en astutas patrañas femeninas <br />si quiere proceder con tino cierto, <br />aunque crea ser un dios inteligente, <br />imposible de engañar con artilugios.
