19 <br /> <br />Llévame siempre sobre tu caballo, <br />compendio de transporte y animal <br />que rinde culto al abrasante Sol; <br />tu color de irreprochable nieve <br />resplandece en cada ceremonia <br />donde oficien monarcas o prelados. <br /> <br />Cuando bufas imponente y rauda, <br />tu sonido nos trae augurios óptimos <br />y un mensaje directo de los dioses. <br /> <br />Encarnas el ritmo y la velocidad, <br />la belleza y los mundos interiores, <br />porque tu impulso facilita el paso <br />de un estado de conciencia a otro. <br /> <br />Quienes te invocan, Ehwis o Eh, <br />reciben bienhechora protección, <br />ya que sólo en tu buena compañía <br />salen airosos de cualquier peligro. <br /> <br />Fuiste deidad para los espartanos, <br />adoradores de Cástor y de Pólux, <br />como dioses hermanos primigenios <br />en su bien disciplinado paganismo. <br /> <br />Siempre subrayas el apoyo externo <br />que refuerzan los lazos de amistad <br />y evitan cimas de individualismo, <br />como actos de amor y no de ataque. <br /> <br />Te invoco para pronto desenlace <br />de todas mis carencias y quebrantos, <br />para iniciar trances y alcanzar deseos <br />donde el espíritu emigre fácilmente <br />desde el plano pedestre que me agobia <br />hasta el mar, reflector del infinito.
