NUNCA SABREMOS NADA <br /> <br />El universo finito o infinito (no se sabe), <br />como un gigantesco laboratorio natural, <br />con diversos grados de temperatura <br />y otras singularidades cotidianas, <br />jamás mostrará su faz total y curva <br />a los ojos de la ciencia y la tecnología. <br /> <br />La astrofísica, que lleva en sus entrañas <br />la relatividad y la mecánica cuántica, <br />la termodinámica y la física de plasmas, <br />la de partículas y el estado sólido, <br />podrá revelarnos muchas cosas, <br />pero no descifrar completamente <br />los laberintos de la eternidad. <br /> <br />Conceptos a veces no entendibles <br />como paralaje y espectros estelares, <br />espectroscopia astronómica y magnitudes <br />aparentes o absolutas, <br />cuyos brillos regulan las distancias <br />y las masas reales de los astros <br />que miramos como espejos del espacio. <br /> <br />Todo morirá como los hombres, <br />las flores, los peces y los tigres, <br />los microbios, las piedras y los pájaros. <br /> <br />Será entonces la nada, que nada puede ser, <br />porque nada es nada de la nada, nada, <br />ni tiempo ni espacio ni materia viva <br />que intenta autoestudiarse y comprenderse <br />en su infinita oquedad de no existencia, <br />sin un Big Bang expandido y proyectado <br />hacia un compacto Big Crunch irrealizable.
