EL HIJASTRO DE LA NOCHE <br /> <br />Aparezco cuando las sombras llegan <br />a cubrir con sus alas de lechuza <br />el humano cansancio de la Tierra. <br />Me siguen criaturas que se arrastran, <br />vuelan o saltan hasta cantar el gallo <br />que anuncia con ritmo familiar <br />la salida del Sol nuestro enemigo. <br /> <br />Me llaman con distintos nombres: <br />vampiro gusano y hombre lobo, <br />fantasma o hijastro de la noche. <br /> <br />Miembro de una gran familia <br />de almas atormentadas, <br />sueño con volver al escenario <br />de mi perdida humanidad. <br /> <br />Dispararme balas plateadas, <br />colgar ajos detrás de las ventanas <br />o exorcizarme a través de crucifijos <br />podrá servir para cerebros blandos, <br />no para mí que soy inmune <br />a supersticiones y desmanes. <br /> <br />Los que se pierden en la oscuridad <br />mientras van dominados por el miedo, <br />no tienen cómo escapar, <br />ya que suelo alcanzar a los que huyen <br />medrosos de mi ferocidad. <br /> <br />No existe ataúd bastante fuerte <br />ni lápida ni tierra tan pesadas <br />que puedan encerrarme en un espacio <br />incompatible con mis actividades. <br /> <br />Envidio el calor que reconforta <br />y añoro la sangre entre las venas, <br />el amor y la alegría <br />que hace tiempo abandoné. <br /> <br />Entre la eternidad y la desesperación <br />encuentro un deleite pasajero <br />entrando en las personas que me ofrecen <br />un poco de su cálida sustancia. <br /> <br />Al ingerir nutrientes apropiados <br />presento un aspecto fresco y sano, <br />no desagradable ante los ojos <br />de aquellos que me observan alelados, <br />y me torno atractivo hasta tal punto <br />que ningún buscador de visitantes <br />rechaza conducirme hacia su casa. <br /> <br />Salgo como un muerto viviente <br />haciendo temblar los desdichados <br />en horas que trascurren ya sin Sol; <br />deambulo silencioso y sin descanso <br />a través del tranquilo vecindario, <br />y apenas permito que me miren <br />las personas que creo convenientes. <br /> <br />¿Han escuchado alguna vez <br />ese perro que aúlla por las noches? <br />No les quepa duda que su aullido <br />es mi voz de miembro itinerante <br />por las frías regiones de ultratumba.
