PLAZA DE MERCADO <br /> <br />Temprano descubrí <br />el uso de la chispa y de la llama <br />después de hurtar el fuego a Prometeo <br />con el fin de donarlo a los humanos. <br /> <br />Fundé igualmente, por primera vez, <br />una bella ciudad sobre la Tierra <br />con plaza de mercado incorporada, <br />que hoy no vigilan mis ojos apagados <br />para mal de los hombres y de todo. <br /> <br />En ella venden, las hijas de los dioses, <br />brisas frescas y abundantes lluvias, <br />amaneceres, primaveras y veranos, <br />otoños rojos y ásperos inviernos, <br />relámpagos brillantes y filudos rayos, <br />animales proféticos, <br />árboles sagrados y profundos ríos. <br /> <br />Venden también el odio y el delito <br />que depreda los puntos cardinales, <br />más todas las pasiones que en subasta <br />no satisfacen la codicia humana. <br /> <br />Son allí rematadas y ofendidas <br />ilusiones, ausencias, soledades, <br />pero nunca este mercado nos ofrece <br />la ternura y el amor completos, <br />que soñamos los poetas desde antiguo.
