Madrid, 31 may (efesalud.com). La psicóloga clínica y sexóloga, Miren Larrazabal Murillo, se plantea en este vídeoblog si es recomendable consolidar y mejorar las relaciones de pareja durante las vacaciones de verano cuando se tienen hijos pequeños, y llega a la conclusión de que sí, de que "es aconsejable tomarse al menos un fin de semana, cuando no siete días, para disfrutar el uno del otro con romanticismo" y sin los sobresaltos permanentes del cronómetro infantil. <br /> <br />"Ser padres o madres es un acontecimiento positivo para la mayoría de las parejas; sin embargo, y a la vez, es una etapa en la que tenemos que poner en marcha grandes cambios, aplicando todo tipo de recursos y estrategias con el objetivo de afrontarla de la manera más exitosa posible", dice. <br /> <br />Cuando se aproximan el verano, muchísimas parejas, felices o infelices, en dificultades o no, incluso las que acaban de formar una familia al nacer su primer hijo, se plantean si es positivo para su relación presente y futura disfrutar de algunos días de vacaciones ¡a solas! <br /> <br />"Es el eterno dilema que nos asalta una y otra vez... ¿Qué ocurrirá con los niños? ¿Es bueno o es malo?... Mi consejo es que sí -afirma-, que es muy positivo estar cierto tiempo a solas con nuestra pareja, ya que a veces nos olvidamos de que somos hombres o mujeres. No podemos interpretar un único papel centrado en la figura del padre o de la madre". <br /> <br />Para Miren Larrazabal sería muy sano perderse juntos por una senda que bordee un río o tomar el sol desnudos en una playita que se esconda tras unas rocas solitarias. <br /> <br />"Dado que no es una cuestión de cantidad sino de calidad, pasar un tiempo sin niños, ya sea una semana, varios días o una noche, puede resultar difícil, puesto no hay forma de que la familia o los amigos se hagan cargo de ellos, pero es imprescindible pasar al menos un fin de semana romántico dedicado por completo a la pareja", señala. <br /> <br />"Qué delicia poder levantarse a la hora que sea sin su visita rutinaria asaltando por sorpresa nuestros sueños -continúa-. Se puede dormir y descansar, o disfrutar del sexo, ya sea en la cama, en un sillón, en la ducha o en el suelo, o donde sea, sin miramientos, sin interrupciones o sin tener las orejas apuntando hacia el pomo del dormitorio". <br /> <br />Bailar hasta caer rendidos es otra opción mil veces renombrada. <br /> <br />"Podemos llevarnos nuestra música favorita, esa que tanto nos gusta, y agarrarnos a nuestra pareja, y bailar y bailar y bailar, y reír y reír y reír; ser felices y olvidarnos del mundo cerrando los ojos". <br /> <br />También se puede salir a cenar sin tener que planificarlo. <br /> <br />"En esos días las decisiones se toman en el último suspiro. Podemos ser espontáneos y decir... ¡oye, son las ocho y media, ¿salimos a cenar?... y sin contar con nada o con nadie más". <br /> <br />La conversación surge como una ola amainada por la brisa del anochecer. <br /> <br />"Hablar y hablar sobre las cosas que nos preocupan sin el temor a las demandas del enésimo helado o sin la mediación del cansancio que nos abate después de haber acostado a los niños y haber conseguido que se hayan dormido... las vacaciones de pareja propician el diálogo en cualquier lugar y a cualquier hora", resalta. <br /> <br />Para la psicóloga Miren Larrazabal, algunos días con sus noches de verano suponen una bombona de oxígeno para el hombre y la mujer emparejados: "Os recomiendo que os toméis un tiempo juntos, sin niños; lo disfrutaréis en el presente y os beneficiará en el futuro". <br /> <br />MÁS VÍDEOS Y REPORTAJES: http://www.efesalud.com/
