Padecer alguna enfermedad o tener a un familiar en un centro hospitalario es siempre motivo de tristeza, pero si el afectado es un niño, la pena es aún mayor. <br /> <br />En Nicaragua, desde hace más de una década, los llamados “payasos de hospital” trabajan para dibujar sonrisas en los rostros de aquellos pequeños diagnosticados con enfermedades graves.
