Los sondeos a pie de urna auguran un empate técnico entre laboristas y liberal-nacionales en las elecciones legislativas australianas. El primer ministro, el liberal Malcolm Turnbull, convocó los comicios de forma anticipada para intentar arrebatar el control del Senado a la oposición, a la que acusa de impedirle gobernar.<br /><br /> La campaña se ha centrado en temas económicos y sociales, aunque ha pasado casi de puntillas sobre el problema de la inmigración.<br /><br /> El primer ministro ha propuesto reformar en profundidad una economía que muestra signos de cansancio tras 25 años de crecimiento sostenido. <br /><br /> El líder laborista, Bill Shorten, ha hecho hincapié en la necesidad de incrementar el gasto en políticas sociales, sobre todo en sanidad y educación. De ganar las elecciones, se convertiría en el quinto primer ministro que tiene Australia en los últimos tres años.<br />
