El legislativo brasileño ha despojado de su escaño a Eduardo Cunha, el arquitecto del “impeachment” contra Dilma Rousseff. Acusado de varios cargos de corrupción y considerado como uno de los hombres más odiados del país, el expresidente de la cámara legislativa ha visto como 450 de sus colegas votaban a favor de su expulsión y solo 10 lo hacían en contra. <br /><br /> -“Que me retiren mi mandato es el precio que tengo que pagar por haber liderado el juicio político”, se lamentaba Cunha. “Es de conocimiento público y nadie lo puede negar. Es el precio que estoy pagando para que Brasil sea liberado del Partido de los Trabajadores. Esta es la gran verdad”.<br /><br /> Sus oponentes replican que lo único que se ha hecho es justicia:<br /><br /> - “Eduardo Cunha es un corrupto y tiene que ser depuesto para que la justicia prevalezca frente a la impunidad”, gritaba Ivan Valente, diputado del Partido Socialista Liberal. “En memoria del deplorable espectáculo que comenzó el 17 de abril de este año, quiero gritar: ¡fuera Cunha! ¡fuera Cunha! ¡fuera Cunha! ¡Corrupto!”.<br /><br /> Implicado en el escándalo de la petrolera estatal Petrobrás, Cunha está acusado de haber recibido millones de dólares en sobornos y de mantener cuentas ocultas en Suiza. <br /><br /> Correligionario del presidente Temer, pierde la inmunidad parlamentaria apenas dos semanas después de que el proceso que él inició desembocara en la destitución de Dilma Rousseff.<br />
