Los niños de Alepo vuelven a ser víctimas de los bombardeos indiscriminados contra los civiles, tanto en los barrios controlados por el Gobierno como en las zonas rebeldes. <br /><br /> Este domingo la jornada fue especialmente sangrienta en el distrito de al-Farqan, en la parte occidental de Alepo, en manos del régimen. Un bombardeo rebelde acabó con la vida de al menos 8 niños de entre 6 y 10 años que se encontraban en la escuela Saria Hasoun. En el mismo ataque murieron dos adultos y 70 personas resultaron heridas.<br /><br /> Situada en el noroeste de Siria, la principal ciudad del país con sus dos millones y medio de habitantes antes de la guerra, Alepo se ha convertido en campo de batalla entre el régimen, que controla los barrios del oeste, y los rebeldes, que están rodeados en los del este.<br /><br /> Más de 250.000 personas están sitiadas en el este desde hace 4 meses. El martes pasado, tras dos semanas de pausa, el Gobierno y su aliado ruso reanudaron los bombardeos, causando 180 víctimas mortales, entre ellas 18 niños.<br /><br /> Pero además de las bombas, hay violentos combates terrestres. Los civiles están en una situación dramática, prácticamente sin comida y con todos los hospitales destruidos y cerrados.<br /><br /> En estas imágenes, que Aleppo Media Centre subió a internet el 19 de noviembre, se ve el resultado de uno de los muchos bombardeos que tienen como blanco los hospitales. Hasta el momento, los equipos sanitarios y de socorro habían conseguido mantenerlos operativos, pero la falta de aprovisionamiento lo hace ahora casi imposible.<br /><br /> El domingo fue también sangriento en el distrito de Al-Sakhour, en el este de Alepo; un barril presuntamente con gas cloro provocó la muerte por asfixia de los seis miembros de la familia al-Baytounji. <br /><br /> El Observatorio sirio para los Derechos Humanos no ha podido confirmar el uso de gas cloro. Damasco, por su parte, niega haber recurrido a su uso, contrario a la Convención de armas químicas.<br />
