La conferencia sobre tráfico de órganos, que se celebra en El Vaticano, reta a China a que facilite las inspecciones de la OMS.<br /><br /> El objetivo es verificar que Pekín cumple su compromiso de no utilizar los órganos de prisioneros ejecutados. China declaró el final del programa de extracción de órganos a prisioneros en 2015.<br /><br /> Monseñor Marcelo Sanchez Sorondo, Canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias:<br /><br /> “Un efecto positivo podría ser el fortalecimiento de la posición del actual gobierno chino, del Presidente y los ministros y de todos los que han venido aquí, que realmente quieren un cambio y desean respetar la dignidad humana en este terreno, lo que se traduce en no vender y no recolectar órganos de presos, como ocurría en el pasado”<br /><br /> El ex viceministro de Salud de China asegura que su país va por “buen camino” al informar de los esfuerzos para eliminar las actividades de trasplante en el mercado negro. <br /><br /> Jiefu Huang, exviceministro de Salud de China:<br /><br /> “ Hay tolerancia cero. Sin embargo, China es un país muy grande y con una población de 1.300 millones, definitivamente, existen algunas violaciones de la ley”<br /><br /> Persisten las dudas de que China esté cumpliendo ese compromiso, dada la falta de transparencia, la escasez de donantes y el mercado negro de comercio de órganos muy arraigado en el país.<br />
