CUASIOMNÍVORO <br /> <br />Siguiendo una enseñanza china <br />ingiero todo lo que nade o vuele, <br />excepto barcos, aviones y cohetes; <br />todo lo que se mueva en tierra, <br />salvo tanques, tractomulas y autobuses. <br />Me indigestan, eso sí, <br />militares, religiosos y políticos <br />porque son tóxicos y contaminantes, <br />con un sabor amargo que produce vómito. <br /> <br />Por lo demás, <br />no tengo límites de ninguna clase: <br />Omnívoro en amores y desamores, <br />en odios, rencores y venganzas, <br />en lealtad con quienes son amigos, <br />en indiferencia con los indiferentes, <br />en desprecio por los poderosos, <br />y así, sucesivamente, <br />hasta las últimas consecuencias. <br /> <br />Ahora pregunto como cualquier ególatra: <br />¿Habrase visto mayor honestidad, <br />siendo bárbaro entre los bárbaros, <br />soberbio entre los soberbios, <br />humilde entre los humildes, <br />civilizado entre los civilizados, <br />mortal entre los mortales, <br />y, sobre todo, <br />humano entre los humanos?
