Todo comenzó en la aldea de Guatavita, poblado lacustre a más o menos a 50 km al norte de Bogotá. <br /><br />Sorprendida la mujer del Cacique de Guatavita en flagrante adulterio,fue condenada a un inmundo e infame suplicio.Y,para que no olvidase nunca el pecado cometido,el Cacique ordenó que los indios cantasen el delito en sus borracheras a oídos de la mujer y de todos sus vasallos...para escarmiento de las demás mujeres y castigo de la adúltera. <br /><br />Desesperada,la cacica se lanzó con su hija a la laguna de Guatavita donde pereció ahogada. <br /><br />Angustiado y lleno de remordimientos,el Cacique se abandonó a los consejos de los sacerdotes para expiar la muerte de su esposa e hija.Los sacerdotes le hicieron creer que su mujer vivía en un palacio en el fondo de la laguna y que debía honrarla con ofrendas de oro. <br /><br />El rito de expiación debía cumplirse varias veces al año.Los indios debían llevar sus ofrendas de oro y esmeraldas y lanzarlas a la laguna,de espalda,sin mirar lo que ocurría en ella. <br /><br />El Cacique completamente desnudo,cubría su cuerpo de una sustancia pegajosa y sobre ella echaba gran cantidad de oro en polvo,luego subía a una balsa y se internaba hasta el medio de la laguna donde hacía sacrificios y ofrendas de oro y esmeraldas y luego se bañaba en las aguas para dejar en ellas el oro en polvo que cubría su cuerpo. <br /><br />Al escuchar esta historia Sebastián de Benalcázar,dicen que exclamó:"¡Vamos a buscar este indio dorado!".Según los cronistas, fue así como comenzó la leyenda de El Dorado, <br /><br />Así la leyenda se fue convirtiendo en mito. <br /><br />La tentación del oro que acompañó el descubrimiento de América, se convirtió en una verdadera obsesión entre los conquistadores una vez que conocieron la riqueza de Tenochtitlán en México y las más aún incalculable del Imperio Inca. Por tal motivo, las historias que se contaban de El Dorado se convirtieron en la pesadilla de los aventureros, y como a toda ilusión, la buscaron por doquier en el Nuevo Continente.
