Cruza callada, y son sus movimientos <br />silenciosa armonía: <br />suenan sus pasos, y al sonar recuerdan <br />del himno alado la cadencia rítmica. <br /> <br />Los ojos entreabre, aquellos ojos <br />tan claros como el día; <br />y la tierra y el cielo, cuanto abarcan, <br />arden con nueva luz en sus pupilas. <br /> <br />Ríe, y su carcajada tiene notas <br />del agua fugitiva; <br />llora, y es cada lágrima un poema <br />de ternura infinita. <br /> <br />Ella tiene la luz, tiene el perfume, <br />el color y la línea, <br />la forma engendradora de deseos, <br />la expresión, fuente eterna de poesía. <br /> <br />¿Qué es estúpida? ¡Bah! Mientras callando <br />guarde oscuro el enigma, <br />siempre valdrá lo que yo creo que calla <br />más que lo que cualquiera otra me diga. <br /> <br />No te amo como si fueras rosa de sal, topacio <br />o flecha de claveles que propagan el fuego: <br />te amo como se aman ciertas cosas oscuras, <br />secretamente, entre la sombra y el alma. <br /> <br />Te amo como la planta que no florece y lleva <br />dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, <br />y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo <br />el apretado aroma que ascendió de la tierra. <br /> <br />Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, <br />te amo directamente sin problemas ni orgullo: <br />así te amo porque no sé amar de otra manera, <br /> <br />sino así de este modo en que no soy ni eres, <br />tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, <br />tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.