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Dignidad y Servicio público

2018-09-03 45 Dailymotion

En estos tiempos de tribulación e inconsistencia política el sensible fallecimiento esta pasada semana, del senador norteamericano John MacCain nos permite al tiempo que lamentamos su partida, hacer una rápida revisión del siginificado e impacto de su vida como político.<br /><br />Muchos se preguntarán por qué el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, o la canciller alemana, Angela Merkel, le han rendido tributo, o porqué el periódico China Daily lo calificó hace unos día como “un titán de la política estadounidense” y de ser la “conciencia del Partido Republicano”<br /><br /> <br /><br />En mi pasado como embajador en Washington tuve la oportunidad de conocer y tratar al senador McCain y conociéndole entendí que no se trataba de estar de acuerdo o no con sus ideas políticas sino de observar su conducta como político, reconocida por todos como un consistente líder que siempre buscó el consenso en los grandes temas de Estado.<br /><br /> <br /><br />Se quiera o no en su historia hay una comparación implícita con nuestra política y con nuestros políticos latinoamericanos.<br /><br /> <br /><br />Dos veces congresista y seis veces senador, McCain siempre dejó claro que sabía establecer distancia entre su partido y su conciencia.<br /><br />Conservador en el plano fiscal, halcón en el plano militar, McCain fue un rebelde que se movió a izquierda y derecha y que apoyó con frecuencia iniciativas que no iban en la línea de su partido.<br /><br />Apoyó decisiones de los demócratas no solo en el respaldo a la asistencia social médica. También en la política medioambiental criticó a Bush por negarse a firmar el Tratado de Kyoto y cuestionó a Trump dando su apoyo a programas a favor de los inmigrantes ilegales.<br /><br />Sesenta de sus ochenta y un años los dedicó a la tarea de servir a su pueblo y a lo largo de los mismos fue dejando invariable constancia de su carácter y de sus convicciones, la búsqueda del acuerdo y del consenso por encima de las fronteras ideológicas, la promoción del bien común más allá de cualquier otra consideración, así como el cuidado por el débil y el desamparado.<br /><br /> <br /><br />Jamás ocultó sus credenciales conservadoras ni rehuyó la batalla política, pero en el momento de la verdad siempre antepuso los intereses de su país a sus propias conveniencias personales. Algo que casi nunca sucede en los congresos de nuestras latitudes latinoamericanas.

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