Existen varias razones por las cuales la velocidad de nuestra conexión se ve afectada con mayor o menor frecuencia: equipos viejos, red inalámbrica con baja señal, sistema operativo obsoleto y más. Lo fundamental que debemos entender es que internet posee una rapidez propia y nosotros otra. Para comprobarlo, basta con utilizar una conexión directa a tu máquina para ver qué está pasando.