En la biblioteca central del municipio de Tixtla, Guerrero, existe un libro con cincuenta y siete años de antigüedad, el libro cuyo contenido es de sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz, escritos en latín y cuyas pastas están forradas con piel humana, la cual pertenecía a Benita Santera, quienes habitantes de la región desollaron viva. En México solo existen dos libros con características similares, el otro se encuentra en Chiapas.