La testosterona fue aislada en 1935, pero a mediados de la década de 1950 se descubrió la utilización de una versión artificial de testosterona para mejorar el rendimiento en el levantamiento de pesas. <br />Desde entonces, el deporte ha vislumbrado un creciente despliegue de los denominados esteroides anabolizantes andrógenos (AAS, por sus siglas en inglés): derivados sintéticos diseñados para mejorar la función anabólica y minimizar la acción androgéna. Anabólico quiere decir "que construye" (en particular, aumento de la masa muscular), mientras que el término andrógeno refiere a lo característico del sexo masculino. <br />Los AAS son eficaces para mejorar el rendimiento atlético debido a su poder anabólico, siempre y cuando el jugador consuma también las proteínas adecuadas y se entrene intensamente.