Las casi dos horas de debate supieron a poco a los candidatos. Antes de irse a sus casas, seguían lanzando sus mensajes. Los dos candidatos, presidente y aspirante, se han ido satisfechos. Los dos se han visto ganadores. Nada que ver con sus llegadas al plató. El nerviosismo era difícil de ocultar. Rajoy, incluso, olvidó cerrar su chaqueta.<br />La tensión se palpaba en los candidatos y también en los 400 periodistas. Había que captar la mejor instantánea y encontrar el mejor lugar para redactar la crónica. En el recinto ferial de Ifema todo estaba bajo control. 21 grados de temperatura.<br />Un camerino para el presidente del Gobierno y sus asesores. Otro camerino para el líder de la oposición. Allí recibieron los últimos consejos, la última comprobación al nudo de la corbata y el último retoque al peinado. El de Rajoy con un ligero corte de pelo incluído.
