<p>Isabel luchó por vivir hasta el final, pero no pudo conseguirlo. Vio a su ex pareja con la escopeta. La estaba esperando cerca de la casa donde ella cosía. Tras recibir ese primer disparo en el brazo, corrió por la calle, para protegerse en la vivienda, pero su agresor continuó descargando el arma. Hasta cinco veces. Y dentro de la casa la remató. Así, ensangrentado, escopeta en mano, se presentó ante el ayuntamiento de la localidad para confesar que "había matado a una mujer". No constan denuncias ni sospechas de malos tratos entre la pareja, pero en Vélez-Rubio cuentan que Cándido, viudo y en paro, de 61 años, no asimiló que su novia, de 45, le abandonara, tras un año de relación, hace sólo unos días.</p>
