<p>Un día después de su muerte, decenas de británicos siguen acudiendo a su casa para depositar flores o mensajes. Son sus admiradores, los consumidores mediáticos de una agonía vendida al mejor postor.Jade Goody protagonizó una boda a la luz del cáncer, la muerte y de un millón de Euros. El propio reverendo que bendijo la unión la ha calificado como una santa y una princesa. También su bautizo cristiano, junto a sus dos hijos, siguió las mismas pautas económicas.La estrella del Gran Hermano versión Reino Unido, e incluso de la versión india, vendió la crónica tabloide de su pasión y muerte para garantizar la supervivencia económica de sus hijos.Ahora queda por disponer el funeral, que se ajustará a lo visto durante estas semanas de comercio de la intimidad.</p>
