<p>José Antonio Labordeta se despide desde el mismo lugar donde inició su carrera política y desde donde levantó, alto y firme, el estandarte del pueblo de Aragón. El Palacio de la Aljafería, sede de las cortes aragonesas, ha acogido la capilla ardiente de José Antonio Labordeta.Frente al féretro ha estado la familia, a la que públicamente siempre expresó su gratitud: su esposa y sus tres hijas.Al otro lado, representantes de gobierno aragonés. Para algunos de ellos, como el alcalde Zaragoza, José Antonio Belloch, hoy se ha ido un amigo. La capilla ardiente se ha abierto al público a las seis de la tarde. Sólo durante la primera hora más de cinco mil personas han hecho cola para rendir un homenaje al que consideran la voz de Aragón. Decenas de personas siguen desfilando ante el féretro, con banderas de Aragón, dejando flores o recordando su música.</p>
