<p>Ana Patricia es ciega de nacimiento y cada día tiene que coger el metro en Madrid. Ahora tiene 31 años pero aprendió a perderle el miedo desde niña. El cambio de texturas en el suelo les evita muchos sustos. Antes había que aprenderse todos los pasillos, giros y distancias para no caerse a la vía.&nbsp; El oído es fundamental para evitar también accidentes y no confundir la puerta con el hueco que queda entre vagones. Ana se ha tropezado e incluso se ha caído muchas veces, pero se niega a quedarse en casa. Cree que cualquiera puede sufrir un accidente, tanto si puede ver como si no. Este lunes una joven invidente cayó entre los acoples de dos vagones del&nbsp; Metro de Madrid y se encuentra en estado muy grave.</p>