<p>Más de 200 indignados han impedido por segunda vez el desalojo de Clara Martínez, una vecina de Granada de 61 años que desde 2010 no tiene en vigor el contrato de arrendamiento. Estaba previsto para las 10 de esta mañana, pero finalmente el secretario judicial no se ha presentado frente a la puerta de la vivienda. El anterior intento de desahucio, el pasado mes de junio, tuvo el mismo resultado."Seguiré luchando porque la vivienda es un bien básico y ahora quieren arrebatárnosla", afirma Clara. Con una renta antigua de algo más de 160 euros, lleva 22 años viviendo en el número siete de la calle Zenete, en el granadino barrio del Albayzín. Es la penúltima inquilina de un bloque de catorce viviendas que ha ido deshabitándose desde 2004. El edificio se encuentra muy deteriorado y los dos únicos vecinos viven entre puntales y humedades. Por su parte, la empresa inmobiliaria propietaria del edificio explica que la situación de Clara Martínez es distinta de la del otro inquilino, que sí cuenta con contrato de alquiler. Pretenden, una vez que esté vacío, construir en su lugar apartamentos turísticos.&#160;</p>
