<p>La ciudad de Abbotabad donde fue abatido el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, va camino de convertirse en una atracción turística. Aunque el Gobierno estadounidense pensó que era mejor lanzar el cadáver de Bin Laden al mar para que su sepultura no se convirtiera en un lugar de peregrinaje y santuario de yihadistas, su mansión se está convirtiendo en foco de atracción de periodistas y curiosos. Los que fueran vecinos de Bin Laden siguen aún sin creerse que el terrorista más buscado estuviera entre ellos y a medida que pasan los días de su muerte van trascendiendo más detalles sobre su escondite. El último en hablar ha sido el hombre que le vendió el terreno para construir la mansión, tras lo ocurrido ha confesado que le pagaron 40.000 euros y que creía que en ese emplazamiento se iba a construir una vivienda para un familiar del terrorista, no para él.</p>
