<p>Este sábado, Dilma Rousseff ha jurado el cargo como presidenta de Brasil. Toma así las riendas de un gigante emergente con una economía en auge, vastas reservas de petróleo y una creciente influencia diplomática en el panorama internacional.&nbsp;Ella es consciente que el país&nbsp; tiene la "oportunidad" de convertirse en una "nación desarrollada" con "estilo brasileño" y con un fuerte componente de sostenibilidad ambiental. Para ello, Rousseff ha hecho un llamamiento a la unión de las instituciones para mantener los buenos fundamentos que sostuvieron el crecimiento brasileño en los últimos años.&nbsp;Nacida el 14 de diciembre de 1947 en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais (sudeste), Rousseff era una desconocida en la política nacional hasta finales de 2002, cuando Lula la nombró ministra de Minas y Energía, en su primer mandato.&nbsp;La ex guerrillera marxista de 63 años y su vicepresidente Michael Temer prestaron juramento en el Congreso ante cientos de gobernantes oficiales y líderes mundiales, entre los que se encontraban el presidente venezolano Hugo Chávez y la primera ministra búlgara Boyco Borisov. Tras la ceremonia y un discurso de 40 minutos, Rousseff se dirigió al palacio presidencial en un Rolls Royce con la capota bajada, acompañada por su hija. La superviviente de cáncer fue recibida por el ex presidente Lula y por una multitud de 30.000 seguidores. Rousseff dijo que haría todo lo que estuviera en su mano para continuar con el trabajo que su predecesor comenzó.</p>
